Asturias/Castilla y León: ruta en coche por Redes y por el Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre

El martes, día 8 de noviembre, amaneció cerrado de nubes y con amenaza de lluvia. No era algo que me importara mucho, pues para ese día tenía pensado seguir dando vueltas con el coche para hacer fotos.

Mientras desayunaba, se me ocurrió la idea de ir hasta Bezanes e informarme por el servicio en taxi que te sube hasta Vegabaño. Desde allí se pueden acometer varias rutas, aunque mi idea era tan solo dar una pequeña vuelta y tirar algunas fotos bonitas. Lamentablemente, para ese día no había reservas de nadie, por tanto, si quería subir me costaría el viaje 35 euros. En caso de que se llenara el coche en un solo viaje, el precio a pagar de cada uno serían 7 euros. Tomé la decisión de desechar la idea, pues no me merecía la pena pagar 35 euros para tan solo hacer algunas fotos. En esos momentos llovía y no había previsión de que parara.

Vistas desde el aparcamiento de Bezanes
Vistas desde el aparcamiento de Bezanes

Comencé a subir por la carretera en dirección a Tarna. Como dos días antes había pasado por ahí mismo y me gustó el paisaje mi idea era seguir fotografiando la zona.

Hice una parada al lado del río Nalón. Fue el momento de echar mano del trípode.

Río Nalón
Río Nalón

Al igual que dos días antes, paré también en los miradores habilitados para observar el paisaje. Lo mismo eran cosas mías, pero juraría que el monte tenía un color más bonito con los hayedos un poco más amarillos y rojos.

Hayedos en Redes
Hayedos en Redes
Hayedos en Redes

Por supuesto, paré también a la altura de Tarna y en el puerto de la misma población.

Hayedos en Redes
Hayedos en Redes
Tarna y su hayedo
Vistas llegando al Puerto de Tarna

Una vez en el Puerto de Tarna no sabía qué hacer. Aún era muy temprano y tenía por delante tres horas para seguir haciendo fotos antes de que llegara la hora de comer. Sin pensarlo mucho, tomé una carretera que lleva hasta el Puerto de las Señales diciéndome a mí mismo «voy a ver qué hay por aquí». Pronto, me sorprendió el paisaje que veía. La lluvia seguía sin dar tregua, pero no fue motivo suficiente para no parar cada vez que veía la oportunidad de captar un paisaje bonito.

Vistas hacia tierras de Riaño
Vistas hacia tierras de Riaño

Llegado hasta el Puerto de las Señales una carretera en bajada constante lleva hasta la pequeña población de Cefiñal, ya en Castilla y León. El paisaje que tenía ante mí me emocionó y no podía dejar de parar el coche para fotografiarlo. Sinceramente, no me convencen mucho las fotos que conseguí, pues hacía mucho viento (provocando el movimiento de las hojas) y un frío del carajo.

Bajada hacia Cefiñal
Bajada hacia Cefiñal
Bajada hacia Cefiñal
Bajada hacia Cefiñal
Bajada hacia Cefiñal
Bajada hacia Cefiñal

En Cefiñal me tomé un café con leche bien calentito en el Camping Bar Urogallo, donde tuve una agradable conversación con los dos únicos hombres que estaban allí. Al terminar, me volví hacia tierras asturianas con el pleno convencimiento de que algún día volveré a la Montaña de Riaño para conocer su otoño. Lo poco que conocí, esa variedad de colores que me encontré en la carretera de bajada, me recordó mucho a lo vivido el año pasado en el Bosque de la Pardina del Señor (Huesca). Por supuesto, salvando las distancias, pues el bosque de Huesca es muchísimo más enorme.

El día 8 fue el único que comí a mediodía en el Restaurante La Tropical, ya en Campo de Caso. Las alitas que me pusieron estaban divinas, así como una tabla de embutidos que pedí para cenar (ojo, que en la foto aparece media tabla de embutidos pequeña porque el camarero sabía que no iba a poder con la tabla entera. Y eso que pedí la tabla pequeña).

Alitas fritas en el Restaurante La Tropical
Tabla «pequeña» de embutidos en el Restaurante La Tropical

Sin más, este fue mi último día de aventura por el Parque Natural de Redes. Al día siguiente tocaría cambiar de ubicación y dirigirme hacia otro parque natural asturiano: Somiedo. En otras entradas os contaré las dos rutas que acometí.