Asturias/Castilla y León: ruta en coche por Redes y por los Picos de Europa

El domingo, 6 de noviembre, me levanté con unas agujetas bastante notables en las piernas. No tenía cansancio en el cuerpo, sin embargo, apenas podía subir y bajar las escaleras del hotel. Parecía un anciano de 80 años moviéndome despacito.

No fue impedimento para hacer una ruta en coche por el Parque Natural de Redes y por los Picos de Europa, en concreto, por el Valle de Sajambre. El coche se ponía en movimiento desde Campo de Caso en dirección al Puerto de Tarna. Allí, debía coger la carretera hacia Riaño, ya en tierras leonesas.

Desde primera hora empecé a maravillarme con las enormes montañas llenas de hayedos en el Parque Natural de Redes. Cada dos por tres paraba el coche en algún apartadero para llevarme un buen recuerdo. Aunque el otoño aún no tenía el color que a mí me gusta, ya se empezaban a ver muchos tonos amarillos y algún que otro marrón.

Otoño en el Parque Natural de Redes
Otoño en el Parque Natural de Redes
Otoño en el Parque Natural de Redes
Mery y Pepe en el otoño del Parque Natural de Redes

Fue llegando a la pequeña población de Tarna cuando me maravilló más aún el paisaje que veía. Paré un momento para fotografiar el monte lleno de color y en un instante, visto y no visto, apareció el sol débilmente para iluminar los colores. Ese momento fue de los pocos que agradecí que apareciera, pues con los rayos débiles sí quedan las fotos muy bonitas.

Otoño en el Parque Natural de Redes

Retomada la marcha, llegué hasta las inmediaciones del Puerto de Tarna, lugar donde paré también para obtener panorámicas desde lo alto de prácticamente todo el Parque Natural. Aquí sí encontré el color en el monte que venía buscando.

Otoño en el Parque Natural de Redes
Otoño en el Parque Natural de Redes
Otoño en el Parque Natural de Redes
Mery y Pepe en el Otoño del Parque Natural de Redes

Como había perdido mucho tiempo en fotografiar todo este entorno no hice más paradas hasta llegar al Valle de Sajambre, principal objetivo del día. Decir que Sajambre pertenece al Parque Nacional de los Picos de Europa y que no está tan aglomerado como la parte del parque que pertenece a Asturias (Covadonga o el Cares) o a Cantabria (Fuente Dé).

En la carretera principal que lleva hasta Oseja de Sajambre hay miradores donde poder dejar el coche. Paré en el primero de ellos y me deleité con las vistas obtenidas.

Los Picos de Europa desde el Valle de Sajambre
Los Picos de Europa desde el Valle de Sajambre
Mery y Pepe en los Picos de Europa

En este mirador vimos que un muflón bajó a la carretera y comenzó a andar por ella. Me dio muchísima rabia no haber podido cambiar el objetivo de la cámara a tiempo para poder captarlo. El animalito bajó por un enorme barranco y desapareció entre la maleza, por lo que continué con el viaje por la carretera. Crucé de largo Oseja de Sajambre y llegué hasta el aparcamiento de Soto de Sajambre. Desde aquí tiré un par de fotos antes de volver a dar marcha atrás por donde había ido.

Vistas desde el aparcamiento de Soto de Sajambre
Vistas desde el aparcamiento de Soto de Sajambre

A la vuelta hacia Oseja de Sajambre hice algunas paradas que no hice a la ida para seguir fotografiando este increíble valle.

Picos de Europa desde el Valle de Sajambre
Picos de Europa desde el Valle de Sajambre
Picos de Europa desde el Valle de Sajambre

Como aún era muy temprano para comer decidí subir al Mirador de la Pica Ten. La ruta parte aproximadamente desde el kilómetro 116 de la carretera principal del Valle de Sajambre. No estaba muy convencido del todo en hacer esta subida, pues aunque tan solo son 1,5 km, el desnivel que hay es bastante apreciable. Las agujetas que tenía en las piernas del día anterior me decían que me iba a costar la subida, aún así, me animé a hacerlo.

Según ganaba altura, las vistas eran, sencillamente, espectaculares. El sufrimiento que llevaba encima por los dolores en las piernas se compensaba con cada parada a observar el paisaje.

Subiendo al Mirador de la Pica Ten
Subiendo al Mirador de la Pica Ten
Subiendo al Mirador de la Pica Ten
Subiendo al Mirador de la Pica Ten

Llegó un momento donde decidí parar, sentarme a pensar y tomar la decisión de si quería seguir subiendo más hasta llegar a la plataforma del mirador. No me veía con fuerzas, ni mentales ni físicas, para seguir acumulando dolor en mis piernas. Por tanto, me deleité con las vistas obtenidas desde mi punto de meditación, hice una última foto y comencé a desandar todo lo andado.

Subiendo al Mirador de la Pica Ten

Con cierto temor, bajé por donde había subido. A la ida no se veía tan peligroso, sin embargo, a la vuelta se ve todo de manera muy distinta. Un paso mal dado, un pequeño resbalón y el resultado puede ser fatal. No obstante, yendo con cuidado y agarrándose a las cadenas que hay habilitadas en los puntos más expuestos no debe haber problema.

Una vez de vuelta en el coche volví a coger rumbo hacia Oseja de Sajambre, pueblo donde comí en el Restaurante Les Bedules. No tiene pérdida a la hora de encontrarlo porque se halla en la carretera principal que cruza el pueblo, unos metros antes de llegar al Centro de Recepción de Visitantes del Parque Nacional de los Picos de Europa. Repuse fuerzas con una rica sopa de fideos y un poco de solomillo con salsa de queso de cabrales. Divino y volveré a comer aquí si algún día vuelvo por la zona (cosa que no tengo duda).

A la vuelta a Campo de Caso, hice un par de fotos con los últimos rayos del sol.

Atardecer en el Parque Natural de Redes
Atardecer en el Parque Natural de Redes

Hasta aquí el segundo día de aventura por el Parque Natural de Redes (Asturias) y por los Picos de Europa (Castilla y León). El objetivo era tener un primer contacto con el Parque Nacional de los Picos de Europa por la parte de Castilla. En un futuro, cuando vuelva por esta zona, haré más hincapié en el Valle de Sajambre y, por supuesto, visitaré el Valle de Valdeón, el otro valle que conforma el parque en tierras leonesas.

Sin más que contar de esta aventura, me despido hasta la siguiente entrada: una ruta muy chula, sencilla y sin apenas esfuerzo por un entorno otoñal precioso.