Antes de comenzar a narrar nada, he de decir que el País Vasco está en mi corazón, principalmente, porque supuso un cambio en mi vida. Fue el mismo día que cumplí 24 años cuando pisé por primera vez suelo vasco. Ahora, a días de cumplirse ocho años del comienzo de aquella aventura, he vuelto a la tierra que me enamoró.
Como ya he dicho, los cinco meses en los que trabajé en Bilbao supusieron un cambio en mi vida. Los fines de semana aproveché para recorrerme toda la costa vasca con el coche, desde Sopelana hasta Irún, haciendo paradas en cada uno de los pueblos costeros. De vuelta a Cáceres, a mi tierra, comencé a visitar lugares que los había tenido al alcance de mi mano durante años y que apenas los había prestado atención. En definitiva, en abril de 2010, cuando finalizó la aventura vasca, me conocía mejor Euskadi que Extremadura.
Mis pies volvían a pisar esta gran tierra el pasado sábado, día 11 de noviembre, y lo hacía en las inmediaciones del Parque Natural de Gorbea, cerca de Vitoria-Gasteiz. Nada más entrar en el Hotel AS Hoteles Altube, la emoción fue mayúscula al escuchar, en persona, acento vasco (por teléfono, en el trabajo, lo he escuchado más de una vez, al trabajar para una empresa vasca). El trato de bienvenida no pudo ser mejor, recomendándome varios sitios a visitar por la zona, a pesar de que ya tenía un plan para los días que iba a pasar allí.
Tras colocar las cosas en la habitación, tocaba realizar la primera visita: la cascada de Gujuli, a escasos kilómetros del hotel, y en el municipio de Urcabustaiz.
Cascada de Gujuli
Con un salto de 100 metros, esta cascada desciende sobre el hayedo de Altube. Las aguas caídas en el norte, y tan necesarias en el sur, han hecho que esta cascada llevara bastante agua. Hay un mirador desde el cual la podemos observar. Para llegar a él, tan solo hay que coger la carretera A-2521, en dirección a Orduña. Mucho antes de llegar a este pueblo, hay un cartel que te señala la entrada al mirador.
Nada más bajar del coche me doy cuenta de que es muy posible que logre mi objetivo de las vacaciones: fotografiar las hayas con pleno color otoñal.
Hojas de haya
Hayedo de Altube
Hayedo de Altube
Pero dejemos el otoño para más adelante y centrémonos en la cascada. Nada más llegar al mirador, y ver la increíble caída de agua, abres los ojos de par en par. Sinceramente, por muchas fotos que ya había visto en la red, no me esperaba que fuera tan espectacular.
Cascada de Gujuli
Cascada de Gujuli
Cascada de Gujuli
Es tan bonita, y emite tal estruendo, que Mery y Pepe no paran de dar saltos en la mochila para presenciar tal espectáculo.
Mery y Pepe en la cascada de Gujuli
El sol empieza a ponerse rápidamente y pronto nos quedaremos sin luz. Por lo que hay que darse la vuelta y volver a andar los escasos metros hasta llegar al coche. Pero la tarde me tenía preparada una agradable sorpresa al llegar al aparcamiento: un precioso mastín, de color blanco, me esperaba tumbado. No hace falta decir nada sobre de quién me acordé nada más verlo. Mi pensamiento fue: si ella estuviera aquí, correría a acariciarlo. Tú sabes bien quién eres (¡me encantas!), y las fotos te las dedico 😉 😉 😉
Vuelta al hotel
Mastín esperándome
Mastín esperándome
Esta fue la tarde del sábado, con apenas una hora de aventura, pues las emociones fuertes vendrían al día siguiente en la ciudad que me enamoró hace muchos años. Pero antes haría una parada en la playa de Itzurun, en la localidad guipuzcoana de Zumaia.
Playa de Itzurun, Zumaia
Que no. Que no he ido a visitar esta playa porque aquí se grabara parte de la séptima temporada de Juego de Tronos. Mucho antes de que los actores de la serie pisaran esta playa, incluso mucho antes de que existiera tal fenómeno televisivo, mis pies pasearon por la arena de esta playa. Cuando terminé mi aventura del año 2010, lo hice diciendo que la playa de Itzurun era la más bonita que había visto de todo Euskadi. Y esa es la razón por la que quería volver a verla, para hacer más fotografías, y medio en condiciones, de la misma.
El domingo, día 12 de noviembre, me dirigía hacia San Sebastián – Donostia. Me levanté a la misma hora que un día de trabajo, las 07:00 a.m., y bastante descansado del viaje del día anterior. Como iba muy bien de tiempo, al ver el cartel de salida en la autopista hacia Zumaia, no me lo pensé dos veces y entré.
La verdad, me esperaba más gente paseando por la playa, y más desde que se hizo famosa debido a la serie, pero se ve que el haber ido a las 09:30 a.m. tuvo su recompensa: tan solo una pareja estaba allí, bastante retirada de la zona bonita, y no me molestaron en ningún momento a la hora de tirar mis fotografías.
El día amaneció bastante nublado, con amenzas de lluvias fuertes, pero, por el momento, el día nos daba una tregua y pude disfrutar de la visita. Siempre he dicho que para la fotografía prefiero días nublados, sin sombras causadas por el intenso sol, y el domingo eché de menos un poquito de luz para que las fotografías salieran mejor. Aún así, hay algunas que salieron medio decentes.
Acantilados de la playa de Itzurun
Acantilados de la playa de Itzurun
Acantilados de la playa de Itzurun
Acantilados de la playa de Itzurun
Acantilados de la playa de Itzurun
Acantilados de la playa de Itzurun
Acantilados de la playa de Itzurun
Acantilados de la playa de Itzurun
Acantilados de la playa de Itzurun
Acantilados de la playa de Itzurun
Paseando por la arena, no pude evitar dejar un mensaje.
Dracarys
Unas últimas fotos antes de partir, donde el Cantábrico está a punto de mojarme los pies.
Acantilados de la playa de Itzurun
Y subimos por las mismas escaleras que subieron Daenerys, Tyrion, Varys, Missandei y Gusano Gris hacia la fortaleza de Rocadragón.
Escaleras de la playa de Itzurun
Una última despedida de esta preciosa playa y… ¡HASTA PRONTO!
Mery y Pepe en la playa de Itzurun
-Oye, Mery, ¿esos pájaros de lo lejos son gaviotas, como las que vimos hace un año y medio en las Islas Cíes?
-¡NO! ¡SON LOS DRAGONES DE DAENERYS! ¡¡¡CORRE!!!